Para Mónica Avayou el proceso de creación es el cumplimiento de una instintiva necesidad de expresarse a sí misma, a través de una percepción sensual del mundo que cobra cuerpo en sus singulares tejidos
Desde las torsiones de la materia en una lucha exhaustiva por encontrar su forma, las curvas se van haciendo visibles y, en complicidad con los pliegues que crean, ocultan y muestran borrosamente lo que aún hay por descubrir en un cuerpo femenino. De esta manera, Mónica acompaña a la materia que se expande más allá de sus límites, ayudándola a salir del anonimato.
El amor heredado de su madre por las fibras y los estambres la ha llevado a intervenir cualquier tipo de materia desviando su destino. Nunca terminan siendo lo que “debieran ser”.
Mónica Avayou nació en México en 1979. Su trayectoria como artista textil se ha caracterizado por explorar diversas técnicas y temáticas, como el bordado y el tejido, lo que le ha permitido crear obras de gran formato y complejidad.
En 2018, emigró a Estados Unidos, donde su trabajo artístico comenzó a destacar de manera significativa, consolidándose como artista de tiempo completo.
Uno de los aspectos más distintivos de su obra es el uso innovador de bolsas de plástico recicladas envueltas en fibra, una técnica que ha elevado a nivel artístico y que se ha convertido en su sello personal. Esta combinación de materiales contrastantes refleja su preocupación por el medio ambiente y su interés en la reutilización de objetos cotidianos.
Mónica Avayou también ha incursionado en el arte relacional, colaborando con comunidades en México en proyectos artístico-ambientalistas que han enriquecido su perspectiva artística y le han permitido explorar temas como la identidad, la sostenibilidad y la relación entre el ser humano y su entorno.
Además de su compromiso con el arte ambiental, Avayou utiliza su obra como medio para reflejar temas relacionados con la experiencia femenina, la lucha por la igualdad y la reconstrucción de heridas emocionales y físicas.
Proceso 1
... De los cadáveres crecen flores... como reza la canción de Antony and the Johnsons...
Yute: fibra inerte, incolora, sin brillo. A través de una danza inmersiva, el hilo cobra vida cubriendo la aridez del yute, salvándolo de la muerte con colores vivos y texturas diversas; con vida, con su propia vida.
Desde muy joven, tuve fobia a las serpientes y en un proceso creativo e inconsciente, me enfoqué en envolver cuerdas. Al terminar, su forma se asemeja a la de las serpientes, creando una especie de objeto totémico. “Lo domino en la creación, lo controlo en la realidad”.
Trabajar con la muerte significa trabajar con la vida, así como el tiempo es trabajar con la transformación...
Process 2
Coincido con el significado original de la palabra reciclar que proviene del griego y está compuesta por el prefijo re-, que significa “nuevamente”, “reiterar”, y por el sustantivo kyklos (κύκλος), el cual, en español, se traduce por “ciclo”. Reciclar es entonces el acto de insertar de nuevo elementos o recursos ya usados en un nuevo círculo o ciclo de vida útil. Tiene que ver con el aprovechamiento de los desechos que producimos ya sea para reutilizarlos, transformarlos en nuevos productos o para darles un nuevo uso, diferente de aquel para el cual fueron concebidos.
Cientos de bolsas de plástico cuyo destino era la muerte y el olvido, al haber sido arrojados al mar asfixiando a miles de especies, sirven ahora como esqueleto de mis piezas. Por medio de una danza lenta y consiente voy envolviendo las bolsas hasta convertirlas en un nuevo objeto, dándoles vida y consistencia, a través de una forma exquisita y una función inédita. De simple deshecho o mortal alimento, a sostén de múltiples nudos y estambres que, al ser entrelazados, engendran vida.
El reciclaje de estas bolsas de supermercado representa una búsqueda por resignificar a la mujer, al ama de casa. Ésta, asfixiada también por un destino impuesto, no se reivindica dándole la espalda al supermercado, sino que, más bien, se desliza por las grietas de los roles imperativos y de las rígidas identidades, para devenir cuerda, hilo, bolsa, en un delicado e inaprehensible vaivén de movimientos incalculables y sensuales creaciones. Bajo sus distintas formas, las bolsas de plástico forradas devienen armazón de texturas, colores y curvas que, entrelazados, dan a luz bellas formas.
Desde las torsiones de la materia en una lucha exhaustiva por encontrar su forma, las curvas se van haciendo visibles y, en complicidad con los pliegues que crean, ocultan y muestran borrosamente lo que aún hay por descubrir en un cuerpo femenino. De esta manera, acompaño a la materia que se expande más allá de sus límites, ayudándola a salir del anonimato.
El amor heredado de mi madre por las fibras y los estambresme ha llevado a intervenir cualquier tipo de materia desviando su destino. Nunca terminan siendo lo que “debieran ser”.
Para mí el proceso de creación es el cumplimiento de una instintiva necesidad de expresarme a sí misma, a través de una percepción sensual del mundo que cobra cuerpo en sus singulares tejidos
- Mónica Avayou